Cambios en los patrones
de negociación colectiva en la Argentina y sus factores explicativos.
Marshall, Adriana y Perelman, Laura (2004)
Una vez
sancionados los instrumentos regulatorios de la actividad sindical y
negociación colectiva durante los años 40´ y 50´ y hasta fines de los 80´, la
negociación colectiva se caracterizó por tener efectos homogeneizadores, estos
se producían en dos ámbitos:
-Resultaban
de la centralización al nivel de las ramas de actividad, ya sea porque se
negociaban condiciones de alcance general o porque las entidades del nivel
superior, solas o en conjunto con los sindicatos de nivel inferior negociaban
en todos los niveles (ramas, subramas, empresas) o bien porque la existencia de estructuras
sindicales verticales implicó la coordinación de los objetivos de las
negociaciones en distintos niveles y regiones.
-Se
derivaban de la pauta institucionalizada de negociación imitativa (seguimiento
de los sectores lideres por parte de los restantes) o a veces, de negociación
competitiva (competencia e/ sindicatos lideres por la obtención de mejores
condiciones)
Ambos
patrones de comportamiento caracterizaron la negociación colectiva formal
durante los 15 años (de las 4 décadas entre 1954 y 1990) que no estuvo
prohibida. Así la existencia, según el momento histórico, de una única central
gremial, así como la intensa negociación con el estado facilitó los procesos de
coordinación e/ sindicatos de distintas actividades. La negociación salarial se
vio favorecida por el bajo nivel de desempleo.
Los
profundos cambios económicos y sociales que tuvieron la implementación de
políticas en el 76´, mas tarde agudizadas por el estancamiento económico del
80´ y las reformas del 90´ determinaron un contexto diferente para la actividad
sindical en el mercado de trabajo: Hubo un grave deterioro de las condiciones
de trabajo debido al incremento del desempleo a causa de la expulsión de mano
de obra en la industria a raíz de políticas de liberalización del comercio
internacional, privatización de empresas y servicios públicos y otros factores
que contribuyeron a la caída del empleo. Por otra parte las reformas de
legislación laboral entre 1991 y 1995 generaron un aumento de empleo temporario
que intensificó la inestabilidad laboral. Al mismo las formas precarias de
empleo y el desempleo abierto, debilitó la posición de los sindicatos para
negociar salarios, condiciones de trabajo etc.
El modelo histórico
de negociación caracterizado por una pauta homogeneizadora se fue desmoronando durante
la década de los 90´ a raíz de la influencia de tres factores:
Pérdida de
negociación sindical, obligatoriedad de respaldar los aumentos salariales con
incrementos de productividad y se
prohibió la indexación salaria y
traslación de aumentos salariales a los precios, posteriormente se promovió la descentralización
y finalmente la eliminación de la inflación.
Al
desaparecer la inflación, desapareció el factor que uniformizaba los reclamos
de aumentos salariales y facilitaba la negociación imitativa. Si bien la
estructura formal de negociación colectiva no se descentralizo sin en forma
limitada, se irrumpió la negociación imitativa/ competitiva y las negociaciones
centralizadas a nivel de las grandes actividades perdieron peso en la
determinación de salarios de las subramas y empresas que lo componían. En
definitiva se produjo una ruptura con las tendencias históricas en las formas
de intervención sindical en la negociación de salarios que se manifestó
principalmente en la pedida de coordinación y fragmentación. La consecuencia de
estos factores fue una mayor heterogeneidad de remuneraciones entre actividades
y entre subramas y empresas.
Formas homogeneizadoras de
negociación colectiva de salarios: centralización y coordinación
Los factores
que favorecen el desarrollo de la negociación colectiva con efectos
homogeneizadores son de índole: ideológicos, organizacionales y económicos.
La
negociación centralizada a nivel del conjunto de la economía es la forma de negociación
homogeneizadora por excelencia. La negociación colectiva de máximo grado tiene
efectos homogeneizadores sobre la evolución de salarios. La negociación
centralizada a nivel de actividades económicas tiende a frenar el aumento de la
diferenciación salarial entre subramas, empresas y regiones ya que la capacidad
de representación del sindicato y su posición de la fuerza de negociación se
potencia cuando los asalariados de la actividad se benefician en grado similar
por los resultados de la negociación.
Cuando las estructuras formales de negociación centralizada coexisten
con un elevado nivel de deslizamiento salarial, este pone en evidencia que
existen procesos paralelos en niveles de negociación inferiores que desvirtúan
la centralización.
Por otra
parte existen otras pautas de negociación que implican grados de coordinación más
lábiles que la centralización formal, que también tienen efectos
homogeneizadores. Tanto los sindicatos como las organizaciones empresariales
pueden acordar metas a alcanzar, en el marco de una organización de entidad
superior, o incluso en su ausencia. (Acuerdo
inter-sindical deliberado). En general se trata de un proceso
institucionalizado y reconocido por el sindicato y el estado. Esta pauta de
negociación imitativa puede o no expresarse formalmente en el proceso de
negociación mediante la utilización del argumento de la comparabilidad y
también tienen un impacto homogeneizador.
El caso argentino: evolución del
comportamiento de la negociación
Desde la década de
los 50´ y hasta los 80´ convergieron algunas de las condiciones que contribuyen
a que la negociación colectiva tenga efectos homogeneizadores.
1 La
presencia de estructuras sindicales centralizadas en las negociaciones de todos
los niveles, por lo menos formalmente.
2 El amplio
predominio de la negociación centralizada.
3 (Consecuencia
de las dos primeras) un relativamente escaso número de negociaciones de amplia
escala favoreció la visibilidad publica de las negociaciones y la transmisión
de resultados, por ejemplo, a través de la comparabilidad. Las negociaciones imitativas,
la competencia entre sindicatos por obtener mejores resultados o acciones para
mantener los diferenciales de salario previos representaron obstáculos a la
heterogeneización salarial, en este caso, entre actividades.
4 La
concentración en una gran confederación CGT, en algunos periodos, o en un
número reducido de grandes agrupaciones en otro.
5 Un nivel
de inflación recurrente elevado, que no solo determino un patrón de negociación
(formal o informal) sino además reforzó la negociación centralizada y desplazó
las características distintivas de cada sector que podrían haber orientado
reivindicaciones diferenciadas basadas en la capacidad de pago.
6 Los
niveles relativamente moderados de desempleo abierto facilitaron la imitación y
apuntalaron la capacidad de negociar centralizadamente.
La inflación dio lugar a ajustes salariales que
concedía el Estado frente a las demandas de organizaciones gremiales que
también contribuyeron a la homogeneidad salarial. Antes de la ronda del 75´ la
negociación había estado suspendida en el marco de un pacto social, precedido
por un periodo en el que estuvo prohibida, en el 88´ el gobierno levanto la
prohibición de negociar salarios.
Algunas de las condiciones históricas que favorecieron
el desarrollo de negociaciones con impacto homogeneizador se modificaron
durante los años 90´. Las hipótesis de este trabajo plantean:
1 Que a lo largo de la década del 90´ la pauta de
intervención sindical homogeneizadora fue debilitándose a raíz de que se quebró
el patrón de negociación y por la otra se produjo una fragmentación al interior
de cada actividad.
2 Que el debilitamiento de esta pauta de negociación se debería al contexto
crecientemente adverso en el mercado de trabajo, que afectó el poder de
negociación sindical sobre todo a nivel centralizado, a la promoción
gubernamental de la negociación por productividad y la prohibición de trasladar
aumentos salariales a los precios, y a la gradual desaparición de la inflación
que históricamente había guiado la negociación colectiva de salarios.
Dada la relación positiva entre tasa de inflación y
uso del argumento de comparabilidad en la negociación, al desaparecer la
inflación, desapareció el objetivo comparativo. La inflación relegaba a un
segundo plano otras posibles metas que, si hubieran guiado la negociación,
podrían haber debilitado el efecto homogeneizador de la centralización, y que
adquirieron mayor visibilidad cuando dejo de haber inflación. La negociación
paso a orientarse por los aumentos de productividad y rentabilidad, objetivos
diferenciales entre ramas, subramas y empresas, lo cual favoreció estrategias y
negociaciones autónomas.
En el caso de la negociación imitativa, un punto
adicional que la podría haber obstaculizado es que la década del 90´ fu un
periodo en que, mientras aun no se habían consolidado nuevos sectores lideres,
fueron desplazados los antiguos pattern
setters, principalmente la UOM como consecuencia de la restructuración
económica y sucesivas reconfiguraciones políticas al interior de las centrales
sindicales. Finalmente, si bien las normas que promovieron la negociación
colectiva descentralizada no tuvieron el
impacto esperado, se produjo cierto avance en el proceso de
descentralización, que también pudo haber contribuido a la fragmentación de la negociación
al interior de cada actividad.
Si las
hipótesis son correctas y efectivamente se produjo un cambio en los patrones de
negociación , es decir, si la negociación imitativa no pudo continuar y la
negociación centralizada perdió vigencia, es de esperar que como consecuencia
se hayan modificado los resultados salariales de la negociación colectiva,
aumentando la diferenciación entre sectores de las variaciones salariales y el
deslizamiento al interior de cada actividad en aquellos sectores que albergan
subramas y/o empresas con buena performance.
Resultados de la negociación salarial
En los 90´
la negociación de salarios básicos de convenios en la industria se centro en
los primeros cuatro años de la década. Sin embargo, el ritmo de negociación fue
diferencial entre industrias, lo cual reflejo las menores posibilidades de
algunos sindicatos de la industria para imitar los logros obtenidos en otras,
ahora que se había impedido que los incrementos de salario se transfirieran a
los precios. Igualmente durante la etapa
de expansión económica del periodo (1991-1994) todos los sectores obtuvieron
aumentos en los salarios para compensar la hiperinflación de 1989-1990, ya en
este periodo (1991-1994) aumenta el
deslizamiento, los salarios básicos van perdiendo peso en la determinación de
los salarios efectivamente pagados que tuvieron mayor evolución. Dado el rasgo
de los salarios básicos frente a la inflación y las restricciones del gobierno
para los aumentos salariales, el aumento
del deslizamiento podría estar asociado con compensaciones por inflación
encubiertas bajo clausulas de productividad de distinto tipo incluidas en los
convenios de actividad.
La
negociación colectiva formal de salarios básicos a nivel de las actividades
generales llega hasta 1995. La posterior ausencia de negociación colectiva de
básicos de actividad expresaría la incapacidad de obtener aumentos de carácter
general no fundados en el índice de costo de vida, que primero creció
escasamente y luego se estancó. El deslizamiento promedio para la industria
continuo aumentando levemente a lo largo de los 90´, sin embargo su evolución
esconde comportamientos diferentes entre industrias: A partir del momento en
que se dejaron de negociar salarios básicos de actividad las tasas del
crecimiento del deslizamiento salarial y las de productividad, según
industrias, están asociadas, a diferencia del periodo en el que aun se
negociaban salarios básicos, en el que no hay asociación entre estas variables.
La mayoría de las ramas que muestran incremento en los salarios efectivamente
pagados (aumento el deslizamiento) tuvo un buen desempeño en términos de
productividad, mientras que en las actividades en las que los salarios se
ajustaron en mayor medida al piso salarial obtenido en el periodo previo (el
deslizamiento se estanco e incluso cayo) tuvieron una pobre performance. En el
primer grupo se destacan sectores en que negocian los sindicatos de alimentos,
metalúrgicos, químicos, gráficos del papel y mecánicos. En estas ramas la
productividad creció. En el segundo grupo se encuentran las ramas muy afectadas
por la competencia de importaciones y/o reducción del mercado interno, como
textiles, impresión, plásticos, calzado.
¿Por qué los sindicatos no lograron,
aun bajo condiciones negativas, negociar incremento en los salarios básicos de
convenio, al menos en ramas con una mejor performance? Un obstáculo habría sido la
eliminación de la inflación, ya que los gremios se vieron privados del
argumento clásico para negociar aumentos de alcance general, aún más difícil en
un contexto de alto desempleo. Además a diferencia de la etapa anterior, los
sindicatos centrales ni siquiera pudieron obtener incrementos en los salarios
básicos aceptando como contrapartida las clausulas en los convenios que
implicaban modificaciones en las condiciones de empleo, lo cual término
socavando la capacidad de centralización en la negociación que habían detentado
históricamente.
¿Por qué en un contexto negativo
continuaron aumentando los salarios en las industrias dinámicas? Estos pudieron originarse tanto en
negociaciones, formales o informales y en distintos niveles y con distintos
grados de coordinación, como en aumentos otorgados por las empresas en el marco
de sus políticas de gestión, sin intervención sindical. El aumento del deslizamiento
entonces estaría expresando en parte la fragmentación de la negociación al
interior de cada rama y el hecho de que los sindicatos negociaron por subramas
o empresas tomando en cuenta las posibilidades que se derivan de una mejor
performance. En las industrias con buen desempeño de productividad los aumentos
del deslizamiento podrían haber resultado de incrementos otorgados por las
empresas para facilitar cambios favorables a la productividad y en algunos
casos, desplazar de las negociaciones a representantes sindicales. Por otra
parte podría haber coincidido la disposición de los empresarios a negociar a
nivel descentralizado con la pérdida de capacidad del control por parte de los
gremios centrales sobre los niveles inferiores.
Una
característica distintiva de los años 90´, en particular después del 95´, es
que la dispersión inter e intra industrias de los aumentos en los salarios
efectivamente pagados se ensancho visiblemente en comparación con la tendencia histórica.
Este cambio drástico reflejaría tanto la pérdida de peso de los salarios
básicos en la determinación de remuneraciones de algunas ramas como la
imposibilidad de que, en ausencia de inflación, continúen operando pautas de
seguimiento. Al interior de cada industria se reitera el proceso de
diferenciación salarial; contrastando con lo que ocurría en periodos
anteriores, ahora las tasas de variación de los salarios de cada subrama pasan
a alinearse más con las de la productividad. Un caso ilustrativo es el del
sector metalúrgico. Después del 95´ también se acrecienta notablemente la
dispersión de los incrementos salariales entre subramas.
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